domingo, 8 de marzo de 2020

El discurso del mecenas

Foto: Tomada del boletín del Ayuntamiento de Mexicali

“Este proyecto va más allá del simbolismo que es el trabajador. Se está creando una comunidad muy grande. Digo, los empresarios siempre han estado unidos, pero ahora por el lado cultural va a ser un crecimiento más grande para la ciudad …” (Palabras deMarco Miranda, autor de la escultura)



OJO: Esto no es una crítica de arte. Repito NO es una crítica de arte.

Hace poco instalaron una nueva escultura en Mexicali que según el discurso oficial pretende homenajear al trabajador.  Esto me parece más una tomada de pelo, un homenaje vacío por parte del sector empresarial. Nos dieron, como se dice popularmente “gato por liebre”. Para los industriales el trabajador tiene una mínima importancia y creo que en esta ocasión fue más relevante “mostrar el músculo”. Con esta obra, el acto de inauguración y el discurso que acompañó la instalación es casi imposible ponerlo en duda.

Primero porque el emplazamiento de la obra fue una demostración del poder político que posee ese sector. Los urbanistas conocedores del tema saben que es un error colocar dos monumentos en un mismo sitio o con mucha cercanía. Esta escultura comparte, literalmente, la misma glorieta que la obra dedicada al General Sánchez Taboada, quien fuera gobernador del estado (tampoco intento defender a ese personaje). Creo que este capricho de los industriales tiene un objetivo: fijar su territorio. Ahí empieza el corredor, “su locus” donde están sus naves industriales.



Algunos estudios sobre monumentos urbanos sostienen que el acto de inauguración forma parte de la obra. En tal evento, organizado por IAMSA y el Ayuntamiento, el único ausente fue el trabajador. Ahí estuvieron presentes políticos, funcionarios del sector industrial, periodistas, artistas, PERO NO ASISTIÓ UN SOLO TRABAJADOR (¿los habrán invitado?). Tampoco estuvieron los representantes sindicales (ni charros, ni blancos, ni rojos). 

Fue un acto de elogio al amigo empresario. El ahora exalcalde, Gustavo Sánchez otorgó un reconocimiento a los “forjadores”, pero no se confunda, no se refirieron a aquellos trabajadores que dan forma al acero ni siquiera porque algunos de ellos apoyaron al artista en la creación de esta obra (no la hizo él solito). El Ayuntamiento de Gustavo Díaz distinguió sólo a un grupo de empresarios industriales; los llaman forjadores porque ellos creen en el valor de sus aportaciones para el desarrollo de la ciudad o porque son sus amigos. Para los obreros no hubo nada.

Poco a poco, el sector industrial ha venido apropiándose del espacio urbano. Cierto que no es una apropiación en el sentido jurídico, el espacio urbano intervenido no pasa a ser parte de su patrimonio inmobiliario, pero sí van creando una identidad gremial usando nuestro espacio público, lo que en sociología llaman “apropiación simbólica”.  La escultura refleja el discurso público del mecenas, del que patrocina el arte público. Deja ver sólo aquello que los empresarios quieren que sepamos, pero sin duda no expone los conflictos que existen entre unos y otros.

- ¡Mejor hubieran invertido en otra cosa! – Le dijo un obrero al artista, cuando supo que los empresarios le pagarían por hacer esa escultura. ¿En qué deben invertir los empresarios según los trabajadores? ¿Qué cosa quieren o necesitan los obreros? ¿La obra refleja esas demandas? Seguramente no y Miranda lo dejó bien claro: se está creando una comunidad muy grande, la de los empresarios. Fueron ellos quienes, como buenos mecenas, le indicaron qué visión y que discurso construir.

Si la ciudad es de tod@s ¿por qué sólo a unos cuántos se les permite intervenirla? ¿por qué sólo escuchamos unas voces y observamos una sola visión mientras que otras tantas son calladas o borradas del paisaje urbano? ¿En la configuración
de la ciudad debemos seguir ese dicho de “el que paga manda”? ¿Por qué el discurso urbano siempre es un discurso proempresarial?

Como les dije al principio, no hablé de arte. La interpretación y la percepción de la calidad estética de la escultura, se cuece aparte. Sin duda la obra puede ser tomada como una acción de embellecimiento de la ciudad e incluso podría en un futuro apropiarse y resignificarse por otro sector de la comunidad. Todo dependerá del uso que se le dé a ese espacio. Un ejemplo de esto es el monumento a Lázaro Cárdenas o el de Benito Juárez que ya son un referente de la lucha social en Mexicali.

No hay comentarios.: