miércoles, 13 de julio de 2016

En la calle, se nota

Siempre he creído que el espacio público (calles, plazas, banquetas, etcétera), es un lugar espejo. En esos sitios es posible vernos reflejados como sociedad. Todo lo que somos, lo que no somos y lo que aspiramos ser se proyecta en esos lugares. ¿Y qué somos?  Hoy me enfocaré sobre un tema, somos los inconformes, se nota.

Se notó ayer cuando muchos mexicalenses nos dimos cita a las 10 de la mañana en la explanada cívica, donde se llevó a cabo un mitin de información y protesta por la violencia impuesta por el Estado contra maestros y habitantes de Nochixtlán, Oaxaca. Me unté de bloqueador, me puse lentes de sol, camiseta blanca manga larga y sombrero, pasé por una amiga y le dije: ─Nos vamos a bañar en sudor. ─No le hace ─, me contestó, ─allá están en bañados en sangre. Seguimos nuestro rumbo.

Se notaba que, los que ahí nos reunimos, estábamos inconformes con el uso de la fuerza pública contra nuestros conciudadanos. A pesar del calor extremo que se sentía, y que no había casi ninguna sombra,  que los oradores eran muchos y algunos no limitaban su tiempo,  que era un día laborable,  con todo y eso,  estuvimos ahí.

Caminando, escuchando, viendo y reconociendo, me di cuenta, noté, que el tema de Oaxaca no es el único que invita a la inconformidad. Ya están acumulados los sinsabores y se nota. La plática interpersonal en ese sitio oscilaba entre las carencias educativas, laborales, en el sector salud, la  inseguridad, los jornaleros de San Quintín… la lista era larga. Prevaleció, eso sí, la necesidad de solidarizarnos ahora con los maestros.

En esa explanada, construida en la década de los setenta, nos reunimos para hacernos visibles, para encontrarnos con el otro, para ejercer la ciudadanía, nuestros derechos políticos. Hicimos del espacio público un espacio de ciudadanías, así conscientes de todas las diferencias que nos separan y de lo mucho que nos une. ¿Y qué nos une?

Noté que nos une  el creer que no estamos de acuerdo en el uso de la violencia por parte del Estado, no contra los maestros, que queremos un mejor gobierno, mejores condiciones laborales para todos, mejor educación. Noté que una reforma, por muy publicitada que esté, no es suficiente para cambiar la realidad. Noté que una ley no se impone con sangre ¿Ustedes notaron algo en las calles de la ciudad?

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