Ni con Dios ni con el Diablo: Lo malo y lo bueno de los permisos de venta de bebidas alcohólicas.
La autorización de venta de bebidas alcohólicas es una
facultad que tienen los ayuntamientos en Baja California que, como mencioné en
la primera
parte de esta publicación, tiene consecuencias buenas y malas para la ciudad.
Con Dios:
Los impactos positivos
Impulso para
economías alternativas y de reactivación urbana. La venta de bebidas
alcohólicas, por ser una actividad muy redituable, es un instrumento adecuado
para reactivar áreas de la ciudad que han dejado de ser atractivas. Esto fue en
parte la estrategia que el anterior alcalde de Mexicali, Francisco Pérez Tejada,
quería implementar en el Centro Histórico cuando, junto con un grupo de
empresarios locales, planeó convertir un área específica de esta zona en un corredor turístico
especializado en la venta de cerveza artesanal (aunque regalándoles estos
nuevos permisos).
Con el
Diablo: lo negativo de la venta de bebidas alcohólicas
El comercio de las popularmente
conocidas como “bebidas espirituosas” también tiene consecuencias no tan positivas,
es por ello que la ley
estatal prevé la creación de Consejos Consultivos Municipales para que estudien
y analicen la “problemática” que genera su comercialización.
Incremento de accidentes de tránsito. No sé de dónde sacó el
titular de la Director de la Policía Municipal de Mexicali, Alejandro Monreal
Noriega, la idea de que no es tan significativa la ingesta de alcohol con la
incidencia de accidentes de tránsito. Hay que actualizarlo. Apenas el año
pasado, el director de Desarrollo Social Municipal, Diego Echevarría Ibarra,
presentó un programa para prevenir accidentes pues dijo que Mexicali
tiene el segundo lugar en muertes en accidentes automovilísticos
relacionados con el consumo de alcohol. Por otra parte, un grupo de
investigadores realizó un estudio en nuestro municipio y uno de sus resultados
fue precisamente encontrar que la asociación entre ingesta de alcohol y
accidentes desde
el 2010 va en aumento.
Aumento de situaciones de violencia y delincuencia. Este es un
fenómeno poco estudiado y que se debería de considerar en la implementación de
políticas públicas. Está documentado sólo en la prensa, y por supuesto no de
manera sistematizada, que con frecuencia se llevan a cabo delitos cuando se
está intoxicado por el consumo de este tipo de bebidas. Las personas bajo los
efectos del alcohol se desinhiben y no
hace falta ser un frecuente bebedor para convertirnos en victimarios, o estar
totalmente ebrio, porque los efectos del alcohol persisten muchas horas después
de su ingesta. Por traer un hecho a la memoria, en
el 2013 falleció una joven, madre de tres niños que trabajaba de cajera en un
bar. Ella perdió la vida porque unos clientes de ese lugar habían reñido una
hora antes con los guardias, regresaron con bombas molotov en mano intentando
quemar el lugar.
Por supuesto que hay más cosas
buenas y malas de los permisos de venta de alcohol, pero por lo pronto, y la
intención que tiene este escrito es invitar a la reflexión de que una política
pública, por más insignificante que parezca puede tener serias consecuencias
para la población. Este es un gran ejemplo.
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