miércoles, 23 de noviembre de 2016

Los parques ¿sitios de bienestar?

Foto: Pixabay
El pasado 5 de noviembre, un niño perdió la vida en el parque “Yoreme”, ubicado en San Luis Río Colorado, Sonora. Luis Antonio, con apenas 12 años de edad, jugaba con otros niños cuando un columpio literalmente le cayóencima. Según informan los medios locales, la estructura metálica estaba mal instalada o en muy malas condiciones (oxidada).

Familiares de la víctima y vecinos del lugar reclaman ahora a las autoridades que asuman su responsabilidad pues este hecho claramente no fue un accidente, como lo pretende hacer ver el alcalde y el hermano de éste, quien funge como director del departamento de Parques y Jardines. Esta tragedia es una negligencia de la autoridad municipal quien es responsable de la operación de todos los parques urbanos públicos de San Luis.

Parece mentira que un lugar tan inocente como un parque, que debería ser un sitio “indispensable para el desarrollo de la comunidad” (según documentos de Sedesol) e importante por su contribución al bienestar físico y mental de la población, sea en realidad un espacio de riesgo donde se pone en juego la salud y la vida propia así como la de nuestros seres queridos.

Al igual que en San Luis R.C., en Mexicali, el Ayuntamiento a través de la Dirección de Servicios Públicos se encarga de parques, jardines y su equipamiento. Es esta área la responsable del mantenimiento y conservación de las casi 373 parques de la ciudad. Además, la Unidad Municipal de Protección Civil con auxilio de la Dirección Estatal de Protección Civil, son las responsables del control y vigilancia de los parques localizados en el municipio. Son ellos quienes deben verificar que las instalaciones no pongan en riesgo la integridad de sus usuarios.

Por otra parte, la legislación tampoco favorece a quienes hacen uso de los parques. Tenemos un Reglamento de Fraccionamientos obsoleto, anacrónico que debió desparecer por ley hace alrededor de 22 años. Esta norma tendría que obligar a los fraccionadores a entregar los parques de barrio con ciertas características. Pero como el ejecutivo estatal nunca publicó un nuevo reglamento, la aprobación del proyecto de fraccionamiento sólo obliga a donar cierto porcentaje de terreno para ser destinado a ese uso, sin que se especifiquen cómo deberán ser construidas estas instalaciones. 

Ante esta inacción de las autoridades y la falta de una adecuada legislación, nos toca como ciudadanos tomar la iniciativa. Si usted es usuario de un parque público e incluso de una instalación deportiva, este es el momento de que inspeccione usted mismo su parque de barrio y que se comunique con el Ayuntamiento o con el Gobierno del Estado (en caso de ser una instalación deportiva estatal) para denunciar todas las situaciones que crea pueden poner en riesgo su salud y la de la comunidad.

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