“Creo que las grandes ciudades son templos del capitalismo y
este sistema está destruyendo al mundo […] Esta idea de ciudades grandes no
está en mi música” Yann Tiersen
El compositor de toda la música que
escuchamos en la película “Amelie”, Yann Tiersen, desde hace tiempo se ha declarado
anticapitalista y antiurbanista. Su música, incluyendo el famoso soundtrack aludido, no tiene nada que
ver con las grandes urbes, ni con París, sino con los pueblos en donde él ha
vivido.
Posicionarse de esa manera contra
la ciudad, tiene por lo menos un significado: Tiersen ha tomado consciencia de que ese
estilo de vida no es nada cercano al hábitat natural del ser humano.
Sin embargo, si atendemos a los postulados de la ecología profunda,
filosofía que inspira a Tiersen, su postura frente a la ciudad va mucho más
allá: no es el hábitat del ser humano lo que se quiere rescatar, sino la
situación de toda la realidad del planeta, realidad que no puede fragmentarse.
El modelo de desarrollo para esta corriente se fundamenta en la
idea de que los beneficios que brindan los recursos del planeta no
deben servir para el beneficio exclusivo o prioritario de uno de sus
componentes (por ejemplo, el bienestar del ser humano)
sino que se debe reconocer que existe una interrelación
y una interdependencia entre todo lo real.
Una de las obras de Tiersen nos habla de cierta congruencia
entre lo que hace y piensa. Infinity, una álbum que realizó el artista en 2014,
fue grabado en la ciudad de Reikiavik,
Islandia, que se caracteriza por ser una de las ciudades más limpias, verdes y
seguras del mundo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario