jueves, 30 de mayo de 2019

Fraccionamientos irregulares en Mexicali: 800 hectáreas de impunidad


En Mexicali hay más de 8 millones de metros cuadrados de suelo en fraccionamientos irregulares. Esto significa más de 800 hectáreas en total. Para que quede más claro, imagínese que en esos fraccionamientos cabrían 831 Plazas de Toros Calafia, 56 Plazas Cachanillas o bien 26 Bosques de la Ciudad. En total son 48 fraccionamientos en estas condiciones. Este tipo de suelo urbano es, al final de cuentas, un problema para todos, aunque pocos sepan por qué. Aquí trataré de explicar cómo nos impacta a todos.

Primero hay que saber que existen fraccionamientos regulares e irregulares. Los primeros, son aquellos que surgieron cumpliendo con toda la normatividad establecida. Es decir, cuando se compra una propiedad inmobiliaria no sólo se adquiere un predio con o sin construcción; el vendedor debe garantizar que ese inmueble no está en una zona de riesgo, que no hay afectación ambiental grave, que está preparado para conectarse a la red de agua potable, al drenaje, a la electricidad; que tiene alcantarillado, alumbrado público, pavimentación y que cerca de su propiedad existen áreas verdes, entre otras cosas. Los que adquieren un inmueble en un fraccionamiento regular tienen la seguridad que serán reconocidos como plenos propietarios. Los predios en fraccionamientos irregulares no tienen nada de esto.

No es un problema sólo de los compradores; el medio ambiente de la ciudad también se ve impactado. De poco vale que se le dediquen millones de pesos al programa de pavimentación, pues las vialidades, no son propiedad del Ayuntamiento como el resto de las calles y por ende ninguna obra con recursos públicos se puede ejecutar en ellas. Seguramente alguien estará pensando que conocen varias colonias que empezaron así, irregulares, pero que ya sus residentes lograron arreglar esa situación: Robledo, Hidalgo, Santorales y un largo etcétera. Y esto es cierto, una buena parte de la ciudad surgió de esa manera. Pero tuvieron que pasar años para obtener un título de propiedad; los que han tenido suerte, ya tienen servicios públicos, otros siguen esperándolos.

Hay muchas consecuencias ambientales más, pero también urbanas, económicas y sociales. Vender lotes en estas condiciones es tipificado como fraude equiparado y nuestro Código Penal lo sanciona con cárcel (aun si el predio es de la propiedad del promotor). A pesar de que el Ayuntamiento es quien tiene el derecho de ejercer acción penal, a sancionar con multas y a exigirles el cobro del impuesto predial, pocas veces actúa contra los vendedores quienes cínicamente siguen ofreciendo lotes, anunciándose incluso en diarios locales o por internet.

Es importante aclarar que no todos los fraccionamientos irregulares son iguales. Hay por lo menos en la lista que ahora público un par de fraccionamientos que, están proyectados sobre terrenos propios, por ejemplo, el de los jubilados ferrocarrileros, pero que no han podido hacer efectiva la titularidad de la tierra. Otros, como el fraccionamiento Maestros Democráticos de la Base, residencial de vivienda media, fueron alentados por líderes corruptos sindicales en contubernio con políticos locales del PRD y del PAN.

El Instituto para el Desarrollo Inmobiliario y la Vivienda (INDIVI) es el organismo que debería regularizar estos sitios. No obstante, la forma de operar es no sólo ineficiente, sino que se erige como un promotor de este delito. Cuando INDIVI regulariza, la única forma que conoce para tomar el control legal del predio es firmar un convenio con el delincuente, es decir, con el promotor inmobiliario. De esa manera INDIVI asume todas las obligaciones que éste le correspondería por ley pero cobrando su trabajo a los vecinos. Nadie se preocupa por denunciarlo, por cobrarle impuestos atrasados, por obligarlo a pagar trámites y trabajos técnicos a estos personajes. Los dejan irse con los bolsillos llenos, sin más. Lo que es peor: INDIVI exige a los posesionarios una carta finiquito para poder expedirles su título de propiedad, carta que tiene que firmar el propietario, o el desarrollador. Este por lo regular se los niega y aprovecha para hacer nuevos cobros a los compradores quienes por lo regular acceden para no quedarse sin título. Para colmo, si quedaran lotes vacantes, el precio de estos, gracias a la posibilidad de certeza jurídica, incrementan su valor y con ello, las ganancias del vendedor.




Si conocen algún fraccionamiento así, estaría muy agradecida me indiquen dónde está y quién lo está vendiendo.

viernes, 24 de mayo de 2019

La ciudad y la música: Corazón de Neón

Corazón de Neón es una canción lanzada en 1987 por la Orquesta Mondragón pero escrita por Joaquín Sabina. Su letra es un aguda crítica a la acelerada, insalubre y contradictoria vida que se vive en las grandes ciudades. Es al mismo tiempo un agradecimiento por la libertad que ahí se vive y un reclamo por las desigualdades que se padecen. La ciudad, como aquí se muestra, es una musa de una rara inspiración.

Podemos encontrar varias interpretaciones, la original, como ya se dijo de Orquesta Mondragón, así como versiones donde Javier Gurruchaga canta ya sin la Orquesta, o junto con Joaquín Sabina y también con Andrés Calamaro; en otros covers podemos escuchar la versión de Lolita Cortez o Alejandra Guzmán.

Aquí pongo algunas versiones de esta misma canción.

ORIGINAL



VERSIÓN SINFÓNICA

JAVIER GURRUCHAGA CON JOAQUÍN SABINA Y ANDRÉS CALAMARO
 


INTERPRETADA POR ALEJANDRA GUZMÁN


EN LA VOZ DE LOLITA CORTEZ
 


JAVIER GURRUCHAGA A PALOMAZO
 

La perspectiva urbana de l@s candidat@s por la alcaldía de Mexicali

Foto: cortesía de RadarBC
La planeación y el desarrollo urbano también es un tema a cargo de los gobiernos municipales. De hecho, es una de sus principales funciones. A pesar de esto, el tema fue minimizado por el Instituto Electoral del Estado de Baja California que no lo incluyó en sus ejes temáticos entre los debates que organizó por la alcaldía de Mexicali. Fue traído a colación sólo como un factor vinculado al tema de la seguridad pública. Aún así, pudimos escuchar varios planteamientos de tod@s l@s candidato@s en este rubro. Aquí sintetizo sólo algunas de las propuestas que presentaron en esa ocasión, en sus compromisos de campaña y en varias entrevistas que circulan por la red.

Elvira Luna (PBC). Un tema toral en el urbanismo es la movilidad, la candidata por el PBC propone mayores rutas y condiciones dignas del transporte público. Además, abordó algo que ha demandado la mayor parte de la población: disminuir las tarifas. Plantea también llevar pavimentación económica para colonias de bajos ingresos. Se comprometió a la recuperación de espacios públicos y también se pronunció por la regularización de fraccionamientos informales, aunque el interés principal, según lo expuso en el debate, es cobrarles el predial adeudado. También quiere “rescatar” el Centro Histórico, fomentando que en la zona se lleven a cabo festivales que expongan no sólo la cultura mexicalense y la china, sino también la cucapá y la haitiana. Respecto a esto último, no dijo nada sobre la perspectiva social que necesariamente tiene que incluir esta propuesta. El Centro Histórico es el soporte físico donde indigentes, migrantes y enfermos mentales tejen las redes sociales que los ayudan a sobrevivir. 

Guadalupe González Fregoso (PRI). Esta candidata se manifestó por reforestar la ciudad y reducir las emisiones que se emiten a la atmósfera ejerciendo mayor control de los procesos que se llevan a cabo en las unidades económicas de competencia municipal. Entre sus propuestas más relevantes, y que está íntimamente relacionada con el tema urbano, es incrementar la recaudación de impuestos cobrando con mayor eficiencia a los propietarios de terrenos baldíos y viviendas abandonadas. En este sentido, creo que es importante también reformar la ley para obligar a los propietarios a hacer un uso de los predios abandonados o subutilizados, como ya se hace en Brasil y Colombia; en esos países, han avanzado pasos gigantes al incorporar la llamada función social de la propiedad. Igual que otras candidaturas, propone crear centros comunitarios donde se les enseñe distintas habilidades a las mujeres como un apoyo para fortalecer la economía familiar. También ha mencionado que quiere reforzar las instalaciones deportivas comunitarias.

Gustavo Sánchez (PAN). En el último debate, el alcalde con licencia no mencionó nada respecto al desarrollo urbano. Pero en el foro de Coparmex sí dio una propuesta que también trae Marina del Pilar y Elvira Luna, reubicar la Unidad de Transferencia de Residuos Urbanos. También habló sobre el rescate de la zona lagunar y presumió que el actual alcalde en funciones acaba de dar estos terrenos a una asociación civil conformador el empresariado local con el objetivo de administrarla. Lo que no dijo es que la idea es privatizar el espacio público. Considero que no está mal que se gestione esa zona, e incluso que se haga un mínimo cobro, pero no está siendo congruente con la Ley General de Asentamientos Humanos que incorpora el principio de “Participación Democrática y Transparencia” que implica incluir a los ciudadanos en la formulación, seguimiento y evaluación de las políticas, planes y programas que determinan el desarrollo de las ciudades y el territorio.

Jaime Dávila Galván (PRD). Para empezar su campaña ha sido la expresión de su gran interés por el tema ambiental pues está interviniendo varios espacios públicos, reforestando y pintando algunos murales en la ciudad. Lo malo es que su visión es algo pobre porque lo ambiental para él se reduce al incremento de las áreas verdes de la ciudad (que no está mal pero no es suficiente). Propuso como acción estratégica, la ejecución de un gran parque central en lo que ahora ocupan los terrenos del ferrocarril (que muchos son propiedad de jubilados ferrocarrileros). Éste, como él mismo lo reconoce, es un proyecto difícil de implementar, pero considero que es necesario para remediar un poco los índices de contaminación que se sufre en esta ciudad. También manifestó su intención de instalar centros de desarrollo comunitario en cada una de las colonias de Mexicali en el ánimo de fomentar la cultura y la expresión artística de la juventud. Habla mucho sobre fortalecer la identidad comunitaria y la identidad del mexicalense.

José Gerardo Aguíñiga (MC). Este candidato no confía mucho en la correlación que existe entre seguridad pública y urbanización (que sí la hay, aunque el problema es más complejo). Él sostiene que esta situación es una cuestión económica y como problema económico se tiene que tratar. Me parece que su afirmación es correcta. Aunque desde el urbanismo se puede hacer muchas cosas para disminuir la inseguridad, ninguna política pública tendrá éxito si no se garantiza a la población el acceso a empleos bien pagados. Se pronunció por abordar el tema de la sobreexplotación del acuífero en el valle de Mexicali, la contaminación del suelo por salinidad y la reorganización de usos de agua. Estos temas ambientales, hay que decirlo, no son competencia del gobierno municipal, aunque el municipio bien puede intervenir como actor político.

Marina del Pilar Olmeda (Coalición JHH). Para las colonias de la ciudad propone crear casas de convivencia dirigidas por jóvenes y éstas deberán incluir bibliotecas. Me hacer ruido que este tipo de equipamiento lo plantean tres candidat@s, pero tod@s traen una visión desde arriba; es decir, tod@s han planteado desde el proyecto para qué van a usarse y por quiénes se usarán. Es una idea errónea pues, para garantizar su éxito primero hay que ir a la comunidad a ver qué es lo que ellos mismos necesitan y quieren para ese tipo de espacios. Dijo además que creará un patronato para el desarrollo económico y cultural del Centro Histórico, aunque, al igual que Elvira Luna, no dice si abordará también la problemática social y urbana que esta zona presenta. El proyecto más relevante que encontré es el que ella llama “El programa más grande de pavimentación” en el que promete hacer uso de alta tecnología no sólo para reparar los baches, sino para diagnosticar el estado en el que se encuentran las vialidades de la ciudad.

miércoles, 15 de mayo de 2019

El oscuro origen de Central Park y su relación con el Centro Histórico de Mexicali

Uno de los parques más bonitos del mundo tiene uno origen clasista. Estoy hablando del Central Park, al que por lo menos conocemos en películas. Se construyó no tanto para mitigar los estragos de una incipiente industrialización sino más bien como una manera de excluir del espacio público, a personas y comportamientos que no eran del agrado de las clases media y alta. 

¿Qué sucedía en Nueva York? Según el texto "Central Park y la producción del espacio público: el uso de la ciudad y la regulación del comportamiento urbano en la historia, de Álvaro Sevilla-Buitrago, a mediados del siglo XIX la ciudad estaba pasando por una expansión económica, era también un punto importante de distribución de mercancías, desarrollaba aceleradamente su producción industrial y, tenía un fuerte sector financiero. De estos cambios económicos, como es común, surgieron cambios sociales.

La ciudad estrenaba “nuevos ricos” quienes tenían también diferentes patrones de consumo. Por otra parte, a la isla llegaba mucha mano de obra migrante europea, atraída por este auge económico y al tiempo las condiciones de trabajo se precarizaban; los aprendices, artesanos y cierto tipo de comercio ya no resultaban ser tan necesarios para esta sociedad renovada, paradójicamente, aumentaba la tasa de desocupación y disminuían los ingresos de las familias. Estos cambios sociales llevaban a transformaciones sociourbanas.

Entonces el espacio público se convirtió en un importante recurso de sobrevivencia para las clases más bajas de la ciudad. Era el soporte donde ese sector tendía sus redes sociales y económicas: niños que jugaban en las calles al tiempo que recogían de ellas artículos que después vendían; mujeres en constante contacto que armaban redes de solidaridad y apoyo; taberneros que eran prestamistas de las familias obreras de los barrios; tabernas que eran puntos de encuentro para la discusión política. No faltaban las manifestaciones callejeras y la aparición desmedida de vendedores ambulantes, mendicidad y hasta robos. Se sabe que las calles servían hasta para alimentar al ganado con los desperdicios de esa ciudad.

El problema fue que esos espacios eran compartidos con las otras clases sociales, lo que pronto generó conflictos. Dos arquitectos, Frederick Olmsted y Calvert Vaux, proporcionaron una “solución urbana”: se diseñaría un gran parque que serviría para educar el comportamiento de las masas. De esta manera propusieron la creación de secciones en el Central Park asignando a cada zona un uso permitido que ellos mismos habían preestablecido. De esta forma lograron separar a los habitantes por “tipos de usuarios”.

Propusieron también reglas de acceso: establecieron horarios, prohibieron la mendicidad y acceder en arapos no estaba permitido. Se acompañó también de propaganda intensiva que servía para enseñar a la población la manera correcta de usar el parque. El proyecto también se acompañó de reglamentos y de la función policial, con sanciones que alcanzaban hasta los 30 días de cárcel y multas por 50 dólares (equivalente al salario de 5 meses de trabajo de un trabajador masculino en la industria textil). Pero los arquitectos, no apostaban tanto a las sanciones si no por el definir desde el mismo proyecto arquitectónico las secciones del parque y los usos permitidos y con ello educar a la población para el buen uso del lugar. No sobra decir que al final, las multas se convirtieron en algo común.

Las secciones de parque separaban a la población, sin decirlo, por clases sociales: la Rambla, área arbolada era para uso de parejas jóvenes; el Prado de Ovejas, es el lugar ideado para niños; el Lago, con cisnes, presumiblemente se diseñó para los obreros; Tour y Camino de Bridas, era para el uso de carruajes y jinetes, actividades exclusivas para la burguesía; en la vaquería, se llevaba a cabo donación de comida para madres e hijos. Era un espacio hecho para separar a la población por espacios diferenciados.

Hago la relación con el Centro Histórico, porque en las múltiples intervenciones que ha tenido nunca han podido evitar que se perciban a los migrantes, indigentes, enfermos mentales, trabajadoras y trabajadores sexuales, vendedores ambulantes e incluso hasta los músicos como personas indeseables que hay que expulsar. Hay quién propone se saquen bares y cantinas (que es lo que ha mantenido con vida a esa zona) y que se quiten también los albergues para migrantes, siendo que, por el tipo de servicios y productos que el centro ofrece, así como su conectividad con toda la ciudad, es el sitio que, como aquel Nueva York del siglo XIX, provee de los recursos necesarios para que sobreviva este sector vulnerable.

Se vuelve relevante exponer tales similitudes en estos tiempos electorales, porque una candidata a la alcaldía se acercó recientemente a un grupo de comerciantes del Centro Histórico y seguramente de ahí tomó su propuesta de crear un patronato de fomento cultural y económico para esa zona. Esto es muy positivo, pero no hay que perder de vista ahí la cuestión social, no hay que desbaratar redes sociales comunitarias, no hay que limpiar las calles de personas y conductas no deseadas únicamente porque nos desagrada su imagen o tenemos miedo de una delincuencia real o imaginaria. Primero es necesario conocer los usos que se le da ahora mismo al Centro Histórico, y tomarlos en cuenta a la hora de planear. No debemos apoyar ni la exclusión ni la fragmentación.

Las intervenciones urbanas deben también procurar proporcionar el bienestar mínimo que merecen estas personas que lo habitan y lo usan y que se encuentran en estado de vulnerabilidad. ¿Quién los va a representar en ese Patronato? ¿El desarrollo económico que se genere también les va a beneficiar? ¿No los van a subemplear como ya se ha hecho en otras ocasiones?