viernes, 30 de agosto de 2019

A 2 pesos la “modernización” de Mexicali


Fotografía: Israel Ortega
"El nombre no es la cosa nombrada"
Gregory Bateson en Espíritu y naturaleza

“Modernización” fue la palabrita con la que se justificó la venta de por lo menos 70 espacios públicos. Por cada sitio concesionado, la empresa Hego paga aproximadamente 2 PESOS DIARIOS a la administración municipal. La misma cantidad le costará al consorcio el aprovechamiento del sitio donde instaló -a penas el fin de semana pasado- la estructura publicitaria ubicada en la intersección de la avenida Colón y calzada Justo Sierra (ver fotografía).

Lo peor es que ni siquiera lo retribuirá al erario con dinero. Los propietarios del negocio publicitario están obligados únicamente a pagar en especie. A cambio de la concesión sobre esos espacios la empresa le proporcionará al gobierno municipal lugares para instalar propaganda oficial. Así de “conveniente” es el negocio para las partes. Pero no sólo Pérez Tejada estuvo involucrado, hay más nombres: Paulo César Hernández, quien era el Secretario del XX Ayuntamiento y el arquitecto José Manuel Herrera de León, ex director de Administración Urbana/.

QUIÉN DOMINA LA TERMINOLOGÍA DOMINA EL DEBATE

Como dijo el activista y escritor Peter Gelderloos “Uno de los primeros pasos para el éxito en cualquier debate es controlar la terminología para poner en desventaja al oponente”. Por eso, siempre hay que poner atención a las palabras técnicas que usan para persuadirnos. Suenan muy bonito, incluso, las definiciones también pueden llegar a impactarnos.

“Modernizar” es darle a algo la cualidad de “moderno” es decir, que luzca y que pertenezca al tiempo actual. El exalcalde priísta, por obvias razones, no promovió previamente el proyecto, pero sí utilizó esta palabrita para justificar su comportamiento, tanto para fines burocráticos como ante la prensa. Incluso dijo ante los medios que muchos empresarios le insistían en modernizar la imagen urbana de la ciudad y pues a él se le ocurrió firmar este documento al que llamaron “Convenio para el Desarrollo de un Proyecto de Modernización de la Imagen Urbana de Mexicali”. Si para el gobierno pertenecer al tiempo actual significa saturar de publicidad el paisaje urbano, seguramente muchos vamos a preferir vivir en una ciudad “chapada a la antigua”.

Gustavo Sánchez también se aventó sus palabritas. Cuando se gastó más de un millón de pesos, por ejemplo, en el proyecto Ciudad Mural, el discurso que daban tanto el alcalde como el Colectivo Tomate (los vendedores del proyecto artístico) manejaban la palabrita “revitalizar” o la otra muy bonita llamada “reactivación”. No sólo prometían que la economía de la zona mejoraría sino también, con esos murales mágicos se fortalecería el “tejido social”, más palabritas cool. Ambas palabras surgen de los estudios para el desarrollo y del urbanismo, pero que integradas a la retórica política y del poder sirven como engañabobos.

Otro ejemplo es la palabra “municipalización”. Lo común aquí es pensar que una ciudad o asentamiento humano quieren organizarse políticamente para dirigir sus propios destinos. Sin embargo, cuando revisamos la justificación ofrecida por muchos de los solicitantes, la mayoría de las propuestas se enfocan a proyectos de inversión económica, sobre todo turísticos, en los que quieren intervenir o impulsar de manera directa. Usan esta noble palabra que comprende muchas cosas para no aceptar públicamente que quieren impulsar determinados proyectos económicos. No saben o no quieren decir que el crecimiento económico, NO NECESARIAMENTE deriva en desarrollo, O lo que es lo mismo “el dinero no es la vida” como decía la canción mexicana de Mario Molina y Luis Arcaraz. Ese tipo de enfoque del desarrollo corre el riesgo de generar ganancias sólo para unos pocos; para los de siempre, por lo general.

El último ejemplo. Cuando nos digan que quieren “rehabilitar” el Centro Histórico, hay que preguntarnos ¿qué quieren decir con esto? y ¿qué acciones llevarán a cabo? Según la Real Academia de la Lengua Española, rehabilitar significa “habilitar de nuevo o restituir a alguien o algo a su antiguo estado”. ¿Qué características del antiguo estado del Centro Histórico quieren restituir y cuáles no? ¿Qué afectaciones tendrá sobre otras personas su proyecto? ¿Quiénes se verán mayormente beneficiados? En caso de que se ejecuten las acciones contempladas ¿será posible alcanzar los objetivos de restituir a su antiguo estado al Centro Histórico en el contexto económico y social en el que actualmente se desarrolla la ciudad? 

El pensamiento crítico es muy útil para identificar esa estrategia discursiva. Dudemos de todo, cuestionémoslo todo. Sólo así seremos las personas que este país y este planeta necesita.

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