viernes, 26 de julio de 2019

La ciudad y la música: Englishman in New York

Está canción es mucho más adorable cuando conocemos todo su significado. Es un himno a la ciudad de Nueva York,  refugio de muchas culturas de todo el mundo. Sting se inspiró en Quentin Crisp, actor, escritor e ícono de la cultura gay que, al sentirse rechazado en su país de origen, se muda a La Gran Manzana.

Además de aplaudir la integridad moral de Crisp, Sting reconoce que una persona migra con todas sus raíces, con toda sus costumbres. Es por eso que la nostalgia hace que las personas busquen aquellos lugares de la ciudad que los hacen revivir lo que cotidianamente se hacía en sus comunidades de origen.

En la canción, Sting quiso mezclar varios ritmos de música y de instrumentos, precisamente para emular esa mixtura social que se vive en Nueva York.






Versión original


Dueto con Shaggy











FUENTE:https://www.songfacts.com/

jueves, 25 de julio de 2019

¿Regeneración o Gentrificación del Centro Histórico de Mexicali?


Fotografía: Flor Mora
Ya está sacando el cobre Jaime Bonilla. Lo que no dijo antes durante la campaña electoral está haciéndolo público hoy, cuando ya no hay para donde hacerse. En un boletín de prensa, el gobernador electo llamó “vagos y viciosos” a los usuarios del Centro Histórico de Mexicali. A los que menos peor les fue, fue a quienes nombró como “personas con alguna enfermedad psiquiátrica” (sic). Qué desatino, qué ignorancia y qué insensibilidad.

Con esto se perfila lo que será el mentado Programa de Regeneración del Centro Histórico de Mexicali. En dicho plan, seguramente se querrá limpiar la zona de migrantes, personas en situación de calle, enfermos mentales y usuarios de alguna droga. En el argot urbanístico se le conoce como gentrificación.

La gentrificación es una reapropiación de sectores urbanos relativamente marginados o en declive, que implica el aumento de precio de la propiedad raíz aumentando también los costos de renta en la zona.  Este fenómeno transforma el espacio de una determinada área urbana y trae como consecuencia el desplazamiento de su población habitual, que por lo regular es de bajos ingresos. Es decir, es una auténtica limpieza social de residentes y sus tradiciones impactando además las dinámicas de comercio.

Se nota que el futuro gobernante ignora la realidad de nuestra ciudad y de nuestro país. Lo que para Bonilla es una mera vagancia, son en realidad miles de migrantes que han padecido los tratos más tortuosos en la ruta migratoria México-Estados Unidos; o que han sido deportados por el país vecino. También afecta a las personas en situación de calle, que, por carecer de una vivienda digna, usan los espacios públicos para descansar y para obtener algún ingreso desde el sector informal. Me parece que Bonilla no sabe que tan sólo en junio de este año se perdieron en México más de 14 mil empleos formales.

El futuro gobernador llama viciosos a lo que en realidad es un problema de salud pública. Seguramente no conoce que Baja California es la tercera entidad del país con los porcentajesmás altos de prevalencia de consumo de estas sustancias rebasada sólo por Jalisco y Quintana Roo. Quizá ignora que su responsabilidad, una vez que asuma el cargo público para el que fue electo, será también la de atender este importante fenómeno social y deberá hacerlo en apego a los derechos humanos.

Boletín oficial del gobernador electo de
Baja California, Jaime Bonilla
Los enfermos mentales fueron señalados indirectamente como problemáticos en el boletín de Jaime Bonilla. No estoy muy segura que su proyecto de regeneración tenga contemplado atender a esta población como se debe. Según datos de la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión en 2018 el 17% de lapoblación en México presentaba por lo menos un trastorno mental y el 25% lo padecerá alguna vez. La mayoría de ellos no tienen acceso a un tratamiento formal y su esperanza de vida se reduce de 20 a 25 años. El compromiso del futuro gobernador también debe de ser con ellos.

La limpieza social que implícitamente adelanta en ese boletín tiene como objetivo beneficiar a unos cuantos. Ya algunos comerciantes locales, empresarios del sector inmobiliario y consultores turísticos se empiezan a frotar las manos por los proyectos que vendrán a darles mayores plusvalías a sus propiedades; y más de uno por ahí está acariciando la futura intervención como un medio para elevar su “estatus social”. Como buitres buscarán beneficiarse, aunque esto sea a costa de nuestros impuestos y lo que es peor, demeritando la de por sí baja calidad de vida de los más vulnerables. No faltará aquel que proponga reubicar los albergues de migrantes y prohibir las donaciones de agua, alimento y vestido en el espacio público. Espero que no los escuchen.

Pero quizá el más beneficiado con la futura gentrificación sea Kiko Vega. El todavía gobernador de Baja California ha impulsado por lo menos desde el año 2015 el famoso China Town. No dudo que este renovado ímpetu por “regenerar” la Zona Centro sea únicamente el pretexto para darle un bonito marco urbano a ese proyecto que se ubicará entre el Centro Histórico y Pueblo Nuevo. Al China Town se le invertirán por lo menos120 millones de dólares y tiene considerado integrar por lo menos 3,500 metros cuadrados para hoteles y 1000 metros cuadrados para un casino. Entre la adicción a las drogas y la adicción al juego (ludopatía), nuestros políticos prefieren ésta última, pues es la que les deja mayores ganancias y se ve más “nice”.

Quiero dejarlo muy claro: regeneración urbana que excluye o que segrega no es regeneración es gentrificación. Todo proyecto que pretenda renovar un área urbana deberá integrar a su población habitual y a toda costa evitará estigmatizarla.

No quisiera omitir en esta columna el hacer un llamado a todos aquellos estudiosos y activistas en temas de salud mental, pobreza y marginación social, adicciones, derechos humanos, migración, urbanistas con sentido de justicia social, a los cuerpos académicos de las universidades públicas y privadas, a los colegios de profesionistas y a todos aquellos que deseen transformar NUESTRO CENTRO HISTÓRICO, pero con la condición de respetar los derechos de los otros a que se dirijan al futuro gobernador y la presidenta municipal y le hagan ver el error en el que pueden caer. Que sepan que, si invierten nuestros impuestos en esa pretendida zona turística, también dedique un presupuesto igual de relevante para resolver, de la mejor manera, los problemas sociales que afectan a esa zona de la ciudad.

martes, 16 de julio de 2019

El buen corazón como resistencia al biopoder

Foto: Cortesía Cristian Torres
Las rutas de migración que atraviesan nuestro país implican peligros gravísimos para quienes se ven en la necesidad de recorrerlas. En 2017, el gobierno de Estados Unidos reportó un total de 341,084 detenciones. En ese mismo año murieron tan solo en la frontera norte de México un total de 412 personas. Si bien es cierto que la vida es el valor más preciado a resguardar, también hay que pensar que quienes hacen esta travesía, son objeto de robos, secuestros, torturas, maltrato y discriminación.

Recientemente se presentó una tesis doctoral que demuestra las razones por las que esta ruta se vuelve tan arriesgada. La investigación retoma el concepto de biopoder para argumentar que es el Estado moderno quien administra la vida de las personas, a esta capacidad se le llama biopoder. Dicho   instrumento es esencial en el capitalismo global, ya que valora a la a las personas (población) según sus posibilidades de generar ganancia. Es decir, gestiona la vida como recurso económico que generan lucro.  Pero así como se valora la productividad, los individuos que no aportan representan cargas que pueden ser eliminadas. Es decir, también se administra la muerte. Las políticas migratorias en México  se mueven bajo esa lógica, quienes recorren nuestro país en busca del sueño americano no son rentables para el sistema, son seres desechables. Su vida, su sufrimiento y su muerte, son ignorados por el Estado en general.

Sin embargo, no todo son malas noticias. Desde “nuestra trinchera” podemos ejercer actos de resistencia. A fin de cuentas, nuestra región tiene algo de experiencia en ello. Por ejemplo, en el libro “Los Hijos de Sánchez” que escribió en 1961 el antropólogo Oscar Lewis, pone el botón de muestraUno de los entrevistados principales que aparecen en el libro cuenta que tuvo que tocar la puerta en una casa ubicada en San Luis Río Colorado. Ahí pidieron comida a cambio de trabajo puesto que ya no podían continuar, el hambre y las condiciones del camino habían hecho efectos en los débiles cuerpos de los viajeros. Después de mucho tiempo y cuando pensaron que la mujer que los atendió ya no saldría de la vivienda, ésta apareció con una olla de caldo y un altero de tortillas que devoraron en minutos. Este gesto, reconocieron, les salvó la vida y sólo así pudieron seguir su travesía hasta Mexicali. Esa mujer no pidió nada a cambio de su ayuda, era una persona de buen corazón.

Las personas de buen corazón según la investigación mencionada, son aquellas que brindan ayuda por que sí. Apoyan sin cuestionar la nacionalidad, la religión, la raza: auxilian al “cualsea”. Las personas de buen corazón no tienen obligación ni compromiso con ninguna organización civil, ni con alguna iglesia o gobierno. Lo hacen por que respetan la vida humana. Los actos de buen corazón son una verdadera resistencia al biopoder.


Sin embargo, el documento aclara que, aunque los actos de buen corazón, en muchos casos, representan una opción para conservar la vida, resultan insuficientes. Entre las conclusiones que arroja la tesis, se aboga por la implementación de políticas públicas solidarias que entiendan al fenómeno migratorio como la consecuencia de una injusticia estructural. Es decir, que conciba a la población migrante como grupos vulnerables cuya fragilidad es creada por el actual sistema social, político y económico mundial. Que entiendan que es necesario institucionalizar políticas públicas para revertir este proceso, sin importar particularidades de sus beneficiarios tales como la nacionalidad, raza o religión.

No es ningún secreto, en México se discrimina, se maltrata, se roba, se secuestra, se violenta, se mata al migrante. Ahora que Andrés Manuel López Obrador ha dicho que los ciudadanos debemos ser “personas de buen corazón” (ver punto 1 dentro de la Cartilla Moral) entonces será necesario también contar con un “gobierno de buen corazón”. Por ello las políticas migratorias en México deben inclinarse por hacer el bien al “cualsea”. Se debe evitar el sufrimiento, el acoso y la violencia contra nuestros hermanos migrantes. Un país de ciudadanos de buen corazón no puede tener un gobierno malévolo.

*Parte de esta columna retoma el contenido de la tesis doctoral “Sobreviviendo a la ruta: el ejercicio del biopoder en el control de migrantes centroamericanos” presentada recientemente por el Dr. Julián Rengifo López, egresado del Instituto de Investigaciones Culturales de la Universidad Autónoma de Baja California.